EMBARAZO NO DESEADO EN
HOMBRES Y MUJERES
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Según los datos recopilados por la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva cada vez es mayor el número de embarazos no deseados, abortos inducidos, la mortalidad materna, y proliferación de enfermedades de transmisión sexual, se evidencia que existe poco acceso a métodos anticonceptivos y orientaciones sobre planificación familiar, sobre todo, en zonas rurales del país, y en zonas urbanas en especial los estratos socioeconómicos bajos (Barandica, 2016).
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) (2017) la necesidad insatisfecha de planificación familiar en los países en desarrollo, por ejemplo, suele ser mayor entre las mujeres del 20% de los hogares más pobres. Sin acceso a métodos anticonceptivos, las mujeres pobres, en particular las que tienen menor escolaridad y viven en áreas rurales, están más expuestas a la fecundidad no deseada.
La falta de capacidad para decidir si desean quedarse embarazadas, cuándo o con qué frecuencia, puede limitar su acceso a la educación, retrasar su incorporación a la fuerza de trabajo remunerada y reducir sus ingresos.
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Modificado de https://www.youtube.com/watch?v=ODasdm3wWZ8
La reproducción y su condición necesaria, el ejercicio de la sexualidad, deberían ser siempre actos deseados y planeados. Lamentablemente, no es así. Prueba de ello son los embarazos no deseados, definidos como aquellos que ocurren en un momento poco favorable, inoportuno, o que se dan en una persona que ya no quiere reproducirse.
Los embarazos no deseados que resultan de relaciones sexuales no consensuadas o del fracaso de los métodos anticonceptivos son más de los que deberían, considerando que existe un método seguro y eficaz para prevenir el embarazo tras una relación sexual sin protección: la anticoncepción de emergencia.
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Los embarazos no deseados son especialmente comunes en adolescentes, mujeres solteras y mayores de 40 años; sin embargo, también se dan en otros grupos de edad. Su frecuencia parece ser mayor entre las mujeres de escasos recursos y bajo nivel educativo, aunque ocurren en todas las clases sociales. Sus consecuencias no solo afectan a las mujeres, sino también a los hombres y a las familias.
La ENDS 2015 del Ministerio de Salud y Protección Social & Profamilia (2015) por primera vez permite identificar diferenciales por sexo en fecundidad, evidenciando grandes diferencias entre mujeres y hombres.
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Mujeres de 15 a 19 años que son madres o están embarazadas de su primer hijo(a) ENDS 2015
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Nota: Recuperado de ENDS, 2015 del Ministerio de Salud y Protección Social (2015, p. 40)
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Según los resultados se analizan e indican que las mujeres inician más temprano su rol reproductivo, a nivel nacional inician prácticamente 6 años más temprano (21.5 años en las mujeres vs 27.4 años en los hombres)
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Esto lleva a que el porcentaje sin hijos e hijas sea mayor en los hombres que en las mujeres, y el número promedio de hijos e hijas a cada edad sea mayor en las mujeres que en los hombres, aunque el diferencial tiende a desaparecer con la edad. El 35.6 por ciento de las mujeres y el 52.7 por ciento de los hombres de 13 a 49 años no tienen hijos e hijas.
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Estudios hablan de la importancia de la salud sexual y reproductiva (SSR) de los hombres y el impacto negativo que tienen en el deterioro, no solo en el bienestar de las mujeres sino en ellos mismos; además reportan falta de compromiso y vinculación responsable con la salud, el autocuidado y la sexualidad.(Ochoa & Vásquez, 2012).
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En Colombia la SSR de los hombres ha sido recientemente tema de preocupación; aunque existen limitaciones para su comprensión desde la perspectiva de derechos sexuales, equidad de género, comportamiento afectivo y acceso a los servicios en salud sexual; se han abordado a los hombres en dos sentidos: como vía para comprender no sólo su salud, sino también la salud de las mujeres y como sujetos de derecho que requieren atención específica.
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La mayoría de investigaciones ha estudiado a los hombres desde una perspectiva de déficit de participación en salud sexual, en lugar de aproximarse a su sentir; los estudios hacen énfasis en la escasez de servicios y programas orientados a las expectativas del género masculino, a la baja participación de los hombres en los mismos, la poca capacitación como usuarios, y la carencia de personal idóneo para brindar servicios entre otros (Ochoa & Vásquez, 2012, p. 16)
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Diversos estudios hablan de la importancia de la salud sexual y reproductiva (SSR) de los hombres y el impacto negativo que tienen en el deterioro, no solo en el bienestar de las mujeres sino en ellos mismos; además reportan falta de compromiso y vinculación responsable con la salud, el autocuidado y la sexualidad.(Ochoa & Vásquez, 2012)
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En Colombia la SSR de los hombres ha sido recientemente tema de preocupación; aunque existen limitaciones para su comprensión desde la perspectiva de derechos sexuales, equidad de género, comportamiento afectivo y acceso a los servicios en salud sexual; se han abordado a los hombres en dos sentidos: como vía para comprender no sólo su salud, sino también la salud de las mujeres y como sujetos de derecho que requieren atención específica
En los hombres, al igual que en las mujeres, el número ideal reportado es dos (53.5%) seguido por tres (20.1%) y uno (10.3%). En los hombres que residen en la zona urbana y similar a aquellos que residen en la zona rural, al igual que en las mujeres, se reporta una concentración porcentual en el número de hijas o hijos sobrevivientes con el mismo número de deseados, exceptuando aquellos hombres que no tienen, pero desean tener dos, tanto en la zona urbana como en la rural (59.7% y 56.9% respectivamente) (Ministerio de Salud y Protección Social & Profamilia, 2015).
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Es fundamental y deber del Estado tener políticas claras de planificación familiar, respetar la autodeterminación de hombres y mujeres cuando deciden planificar su vida reproductiva, y el derecho que tienen de no tener interferencias en su decisión, así como en el acceso y disponibilidad a la más amplia gama de métodos anticonceptivos.
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Los varones han sido intencional e inadvertidamente marginados de la responsabilidad de evitar embarazos, incluso por la industria farmacéutica, instituciones nacionales de planificación familiar, instituciones religiosas, agencias multilaterales y fundaciones.
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En Bogotá, la Ends arrojó que 4 de cada 100 hombres tienen la vasectomía, un porcentaje muy bajo por una cirugía en la que el hombre recibe anestesia local y su recuperación no es muy larga. (Ministerio de Salud y Protección Social & Profamilia, 2015).
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CONSECUENCIAS DEL EMBARAZO NO DESEADO
Ante un embarazo no deseado, las mujeres y las parejas enfrentan decisiones difíciles. Las opciones que se abren son básicamente dos:
• Intentar interrumpir el embarazo a través de un aborto inducido, con todos los riesgos y consecuencias que este procedimiento conlleva en sociedades en las que está legalmente restringido.
• Continuar con el embarazo no deseado.
Cualquiera de estas decisiones tiene consecuencias sobre la salud y la situación social y económica de la mujer, su pareja y su familia. Además, también influyen en las condiciones de salud y de desarrollo de las sociedades.
IMPORTANTE Y LO DEBES SABER
Al respecto la Organización Mundial de la Salud (OMS 2007) indican la necesidad insatisfecha de la planificación familiar, el mal uso de los métodos o el no uso de ellos cada vez aumenta más el 48 por ciento de los embarazos registrados en los últimos cinco años fueron no deseados.
En la actualidad UNFPA (2018) saca un plan estratégico en el cual se titula Strategic Plan (2018-2021) menciona “imagine un mundo donde cada embarazo sea deseado cada parto sea sin riesgos y cada persona joven alcance su pleno desarrollo” (p. 1). Ese es el mundo que pretendemos alcanzar. Por lo tanto el objetivo es lograr el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, hacer efectivos los derechos reproductivos y reducir la mortalidad materna a fin de acelerar los avances en la agenda del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), con el propósito de mejorar las vidas de las parejas, mujeres, hombres y jóvenes lo que harán posible las dinámicas demográficas, los derechos humanos y la igualdad de género.
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